- ¿Qué me dices si te digo que no creo en el amor?
- Te digo que eres tonta, porque el amor existe.
- ¿Por qué estás tan seguro? ¿Lo has visto alguna vez?
- Claro que sí. Lo leo en tus ojos cuando le miras a la cara, lo noto en tus brazos cuando estás cerca de él. Lo veo en tu sonrisa cuando te dice que se alegra de verte, lo siento en tu forma de andar cuando caminas para verle. Y cuando él te mira, veo como tratas de ocultarlo para que no se dé cuenta de que le quieres, noto como intentas no moverte para evitar abrazarle, leo en tu sonrisa la mentira y siento como aprietas los labios para que no se te escape un “te quiero”. Sin embargo, te ocultas detrás del “no creo” porque piensas que es valiente resistirse a la verdad. Pero ¿sabes? eso es cobarde, es cobarde esconderse detrás de dos palabras. Lo valiente es decir “te quiero” y tener valor para escuchar un “yo no”.
- Te digo que eres tonta, porque el amor existe.
- ¿Por qué estás tan seguro? ¿Lo has visto alguna vez?
- Claro que sí. Lo leo en tus ojos cuando le miras a la cara, lo noto en tus brazos cuando estás cerca de él. Lo veo en tu sonrisa cuando te dice que se alegra de verte, lo siento en tu forma de andar cuando caminas para verle. Y cuando él te mira, veo como tratas de ocultarlo para que no se dé cuenta de que le quieres, noto como intentas no moverte para evitar abrazarle, leo en tu sonrisa la mentira y siento como aprietas los labios para que no se te escape un “te quiero”. Sin embargo, te ocultas detrás del “no creo” porque piensas que es valiente resistirse a la verdad. Pero ¿sabes? eso es cobarde, es cobarde esconderse detrás de dos palabras. Lo valiente es decir “te quiero” y tener valor para escuchar un “yo no”.
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